Las páginas de información local de Madrid recogen hoy una noticia que debería abrir todos los informativos, tendría que ser motivo de especiales de investigación y debería protagonizar todas las tertulias: un político municipal ha reconocido que no puede hacer frente a un problema acuciante y especialmente grave y penoso para un importante sector de la ciudadanía.
Resulta que, superado por los acontecimientos, se declara incapaz de resolver el problema de la prostitución en el centro de Madrid. Se da la circunstancia de que ésta precisamente fue una de las grandes apuestas del programa electoral de su partido en las municipales de 2003 (por cierto, si alguien encuentra en la red el del PP o el del PSOE tiene premio. ¿Por qué los partidos en cuanto pasan las elecciones los ocultan, sobre todo los que han ganado?). En plena campaña la solución a este problema pasaba, a su entender, por hacer una buena gestión de los recursos, prestar atención al asunto y, cerrando los ojos muy fuerte muy fuerte y deseándolo mucho y con todo el corazón, seguro que se resolvía.
Pero no. Vaya. ¿Y ahora qué? Está claro: como era una promesa electoral y reconoce que no puede cumplirla, se irá. O como mínimo, explicará por qué no puede arreglarlo, pedirá disculpas y seguirá en el cargo alegando que en otras facetas de su gestión sí está cumpliendo los objetivos que tenía marcados.
Pues no. Resulta que el político en cuestión, que se llama Pedro Calvo, dice que es un problema del Gobierno central, que es el Ejecutivo el que ha de aprobar nuevas leyes más eficaces y que las competencias de seguridad corresponden al Estado. Claro que, si esto es así y él es concejal de Seguridad, ¿qué sentido tiene su puesto?
Tenemos políticos de baratillo, incapaces de asumir responsabilidades y que siempre, siempre, siempre, echan la culpa a otros. Además se creen dueños de sus puestos y se olvidan de que están al servicio de los ciudadanos. Aunque el problema seguramente no sea ese, sino que después de mostrar tanta capacidad en sus puestos siguen recibiendo votos.
2 comentarios:
Realmente tienes toda la razón. Lo de Calvo y Gallardón es alucinante, solo tienen capacidad para las grandes obras.
Te cito http://www.ociocritico.com/oc/blogs/salud/
Carmen, y lo peor es que parece que esto de hacer planes faraónicos engancha porque por mucho que nos quejemos siguen en sus trece. Insisto: tenemos políticos de baratillo, con aires de superioridad y más preocupados por su proyección personal que por el bienestar de los ciudadanos.
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