3.8.06

Citius, altius, fortius y… repetitivus

Hace años, cuando aún existía el Telón de Acero, los enviados especiales de una cadena de radio española a un país del Este para cubrir un partido de la Copa de la UEFA (no recuerdo cuáles eran los equipos) comentaban, divertidos, que los dos periodistas de aquel país que iban a informar del evento se preguntaban por qué venían tantos plumillas desde España, si con que vinieran uno o dos y retransmitieran el encuentro para todos los medios ya bastaba.

El fútbol es ansí

No les faltaba razón. Si en cualquier sección de los medios la repetición del discurso informativo es cansina, las ideas originales escasean y los planteamientos diferenciados se cuentan con los dedos de una mano, en deportes estos vicios se multiplican. Lo explica con contundencia este post del blog de Pierre Nodoyuna (citado por Escolar.net).

Precisamente por la falta de originalidad y la zafiedad que tan a menudo se trasluce en este tipo de informaciones encontrar excepciones se convierte en una bendición. Uno de los ejemplos clásicos que se pone siempre en estos casos es el de Santiago Segurola, hasta ahora redactor jefe de Deportes de El País y nuevo responsable de Cultura del diario. No es fácil encontrar artículos suyos en abierto, ya que la información de esta sección que es de acceso libre en la web suele ser la del día. He encontrado este ejemplo.

También es destacable el esfuerzo multimedia de El Mundo en su sección deportiva, como se ve en este ejemplo sobre los efectos del dopaje.

En el otro extremo se encuentran prácticas como la del diario Sport de utilizar lo deportivo para adentrarse en lo rosa más cutre (estilo Tomate: desenterrar historias pasadas para darles un halo de escándalo), o la del As de recurrir a la chica ligera de ropa. En fin, cada uno vende como puede.

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