30.10.06

Los políticos de manual no aguantan entrevistas alternativas

Sala i Martin, todo un personaje Xavier Sala i Martin es un reputado economista, profesor en EEUU, asesor económico del Barça y, según insistentes rumores, el candidato de CiU a ocupar la cartera de Economía si gana las elecciones del miércoles. En las últimas semanas ha venido publicando en las páginas de La Vanguardia largas entrevistas con los principales candidatos a estos comicios. En su momento se habló mucho de su conversación-pelea con José Montilla, que no aguantó el tono del entrevistador, su insistencia ni su ironía, demostrando que no tiene cintura y que se toma demasiado en serio a sí mismo.

En este enlace se puede acceder a todas estas entrevistas en PDF. Resulta muy interesante sobre todo por ver cómo pregunta alguien que no está habituado a hacerlo, pero que se documenta con precisión y que tiene una gran capacidad para argumentar, rebatir y repreguntar, prácticas que no todos los entrevistadores profesionales desarrollan.

Bien es cierto que la dureza que aplica a Montilla o a Saura no se da en los casos de Artur Mas o Carod-Rovira, pero aporta aire fresco leer algo tan diferente a lo que estamos habituados en la prensa española.

También es muy recomendable repasar algunos de los artículos que este experto ha publicado en La Vanguardia, que también recoge en su página. Su visión de la inmigración o sus reflexiones sobre el estado del bienestar (las réplicas de lectores y sus contrarréplicas no tienen desperdicio) o sobre la pobreza aportan puntos de vista originales, provocadores y, se esté o no de acuerdo, necesarios para activar debates que construyan.

Por cierto, un buen ejercicio es leer estos artículos y a continuación ver cómo se expresan los políticos a los que entrevista. Esto permite observar el abismo que casi siempre separa a los que aportan soluciones (aunque no gusten a todos) de los que creen que se pueden poner en práctica sin pisar callos y moviéndose con soltura por los estrechísimos caminos de la corrección política.

18.10.06

Gobierno y oposición se hacen un lío entre lo importante y lo urgente, lo criticable y lo negociable

¿A veces es mejor dar la espalda y pasar de todo?
Hasta el manual más simple de teoría política recoge un principio que hasta ahora parecía inamovible: el presupuesto es la carta de presentación de un gobierno, su mayor compromiso (más que todo lo dicho en una campaña electoral), la plasmación más práctica posible (de hecho, expresada en números) de su capacidad de gestión y administración. En definitiva, todo. Si se aprueba, ese gobierno puede remangarse y empezar a trabajar. Si no, estará con las manos atadas y tendrá que ajustar su política al presupuesto anterior, no al revés.

Pero el debate de ayer de los Presupuestos para 2007 fue un tanto desconcertante. Primero, porque había menos de media entrada (hace años era uno de los debates estrella del año). Segundo, porque el mayor reproche que le hizo Rajoy a Solbes era que había convertido los presupuestos en un “chalaneo”. Es decir, le acusa de… negociar. Un político negociando, esto es intolerable.

El resto de críticas del líder de la oposición eran de manual: crece el déficit exterior, baja la competitividad, peligran las economías familiares por el endeudamiento… Pero el regusto que queda al final, después de leer las informaciones (clónicas) que dan la mayoría de medios es que, en el fondo en el fondo, no le parecen tan mal estas cuentas. Al menos la falta de propuestas alternativas en su discurso hace pensar eso.

Pero luego el PP anuncia una ofensiva parlamentaria con respecto al proceso de paz y se opone a cualquier iniciativa que provenga del Gobierno en materia de inmigración. Es decir, asuntos de Estado que no se resuelven no ya en un año como unos presupuestos, sino en toda una legislatura, cuestiones que deberían contar con una base común de actuación, aunque sólo sea porque los que ahora son oposición mañana heredarán esos problemas en el estado en que los hayan dejado sus antecesores.

Lamentablemente, el juego político en España se desarrolla en el campo equivocado, que es el de los asuntos que fundamentan la convivencia. Todos tendrán una parte de culpa equivalente, pero nuestra historia no demasiado lejana es suficientemente dura como para aparcar los “empezó él” y para que aprendan a pensar que su único objetivo en la vida no es ganar las próximas elecciones enardeciendo a sus bases.

9.10.06

Políticos que se ponen el cartel de “No molestar” y periodistas que no quieren líos

Grabadoras humanas Hace poco el jefe de prensa de una consejería autonómica me contó una anécdota tan real como la vida misma: una periodista le pidió en un acto que hiciera una nota de prensa “larguita” para que ella tuviera que trabajar poco. No, no lo decía en broma. Era exactamente lo que quería: todos los datos bien ordenaditos y ya redactados porque no pensaba preguntar a los responsables, ni cuestionarse nada, ni plantearse un enfoque diferente del asunto, ni nada que se saliera del discurso oficial porque, claro, eso supone trabajo, y si te lo dan ya hecho…

Una simple búsqueda en Google News ya da suficientes pistas de este tipo de prácticas, cuando se ve cómo se repite hasta la náusea una misma noticia con un titular y una redacción idénticas.

La proliferación de medios en Internet es una buena noticia para el periodismo y para la democracia, pero si es a costa de machacar informaciones planas, sin contexto, sin vida, sin originalidad y sin alma, la credibilidad del medio caerá por los suelos.

Claro que lo que no me contó mi amigo es hasta qué punto le facilita su trabajo esta falta de espíritu crítico, de interés periodístico y de orgullo profesional. Desde su óptica seguro que es una ganga: te preparo la cantidad de material informativo que precises en el formato que desees y a cambio me aseguro que nadie sacará los pies del tiesto institucional.

Tal práctica, que en definitiva no es sino jugar con las armas de que dispone la fuente (es problema del periodista y del medio dejarse vender las motos sin rechistar) se convierte en un vicio cuando se lleva al extremo de impedir a los informadores cualquier movimiento. Esto es lo que ha denunciado recientemente la Unió de Periodistes Valencians en una nota de prensa en la que, como señala PR Noticias, protestan por la extensión de la fórmula de comparecencias sin posibilidad de preguntar nada, lo que convierte a los informadores en grabadoras humanas de datos que luego vuelcan en sus medios.

En este círculo nada virtuoso las fuentes tratan de influir en periodistas que, a su vez, se dejan llevar por el torrente informativo que les viene dado, lo que les convierte en una masa fácilmente manejable. Y ya se sabe que un periodista cómodo es un regalo para cualquier político.

5.10.06

Megalomanía

Cada uno es dueño de sus silencios...El 28% de los portugueses vería con buenos ojos una unión de su país con España. Evidentemente el resto, o como mínimo una amplísima mayoría, rechazan la idea, pero no cabe duda de que más de un cuarto de la población es un porcentaje importante. La noticia la han recogido entre otros El Faro de Vigo y 20 Minutos, y surge de una encuesta realizada por el nuevo semanario luso El Sol.

Pero ¿por qué lo quieren hacer? Vale, aceptamos los motivos de crecimiento económico que se aducen, eso es incontestable. Pero los portugueses, entre los millones de razones que podrían encontrar para rechazar tal idea deberían valorar una por encima de todo: el representante que tenían en la sórdida foto de las Azores se arrepintió posteriormente de ello. O al menos elude referirse al asunto y no se le ve muy cómodo cuando se lo recuerdan. El español, no.

Nuestro compatriota se emborrachó de poder y la resaca, en vez de provocarle llanto, o autocompasión, o dolor de cabeza o simplemente sueño, se le ha transformado en bravuconería. Su constante presencia en los medios revela, además de falta de pudor, un afán de notoriedad difícil de entender. El síndrome Sara Montiel (alguien que lo ha sido todo en lo suyo reclama su cuota de protagonismo aunque sea cayendo en el ridículo) debe ser difícil de controlar.

Ahora pontifica desde su fundación sobre atlantismo, sobre los peligros que acechan a América Latina o sobre cómo manejar los enrevesados asuntos relacionados con el terrorismo. Este artículo del columnista peruano César Hildebrandt es uno de los retratos más demoledores que he visto del nuevo consejero de Murdoch.

También impresionante la entrevista que le hicieron en julio en la BBC. ¿Qué periodista español sabe preguntar así sin esconderse después detrás de la silla?