5.10.06

Megalomanía

Cada uno es dueño de sus silencios...El 28% de los portugueses vería con buenos ojos una unión de su país con España. Evidentemente el resto, o como mínimo una amplísima mayoría, rechazan la idea, pero no cabe duda de que más de un cuarto de la población es un porcentaje importante. La noticia la han recogido entre otros El Faro de Vigo y 20 Minutos, y surge de una encuesta realizada por el nuevo semanario luso El Sol.

Pero ¿por qué lo quieren hacer? Vale, aceptamos los motivos de crecimiento económico que se aducen, eso es incontestable. Pero los portugueses, entre los millones de razones que podrían encontrar para rechazar tal idea deberían valorar una por encima de todo: el representante que tenían en la sórdida foto de las Azores se arrepintió posteriormente de ello. O al menos elude referirse al asunto y no se le ve muy cómodo cuando se lo recuerdan. El español, no.

Nuestro compatriota se emborrachó de poder y la resaca, en vez de provocarle llanto, o autocompasión, o dolor de cabeza o simplemente sueño, se le ha transformado en bravuconería. Su constante presencia en los medios revela, además de falta de pudor, un afán de notoriedad difícil de entender. El síndrome Sara Montiel (alguien que lo ha sido todo en lo suyo reclama su cuota de protagonismo aunque sea cayendo en el ridículo) debe ser difícil de controlar.

Ahora pontifica desde su fundación sobre atlantismo, sobre los peligros que acechan a América Latina o sobre cómo manejar los enrevesados asuntos relacionados con el terrorismo. Este artículo del columnista peruano César Hildebrandt es uno de los retratos más demoledores que he visto del nuevo consejero de Murdoch.

También impresionante la entrevista que le hicieron en julio en la BBC. ¿Qué periodista español sabe preguntar así sin esconderse después detrás de la silla?

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